Blogia
Momentos

nunca había vivido algo tan intensamente

Estaba tomándome una cerveza con un amigo, el cielo empezaba a cambiar sus colores con la caída del día, la música sonaba y la gente hablaba relajadamente acomodada en sus tumbonas. Me disponía a encender un cigarrillo cuando la vi, hablaba con una amiga mientras se acercaban a la barra. Intente que no se me notase demasiado pero me costaba apartar la mirada, José llamo mi atención para que no perdiera el hilo de la conversación, me disculpé y continuamos hablando, hasta que en un barrido visual del local me cruce con su mirada. Me quede hipnotizado, ya no oía lo que José me decía, solo la tenia a ella en la cabeza. Esta vez no era como otras en las que veo a alguna preciosidad y busco su mirada, era distinto, ella tenía algo distinto y yo no podía dejar de pensar en ello. Cuando José me iba a dar otro toque de atención me disculpe, me levante y me dirigí hacia ella.



Hola, veras, te he estado observando y quería decirte una cosa. – Ella hace ademán de hablar – No, por favor, no hables, solo será un segundo y si quieres me iré, pero déjame por favor, tengo que hacerlo – le dije haciendo un gesto en la boca como rogando silencio –

Como decía te he estado observando aquí mientras hablabas con tu amiga, la chica del pelo corto. Yo estaba al otro lado de la barra, tomándome una cerveza con un amigo cuando entraste. Cuando te mire se me movió algo por dentro, tú forma de andar, de sonreír, de mirar. Eres preciosa, pero no llevas la pose altiva que desgraciadamente suele acompañar esa belleza, tienes un cuerpo deseable, y sin embargo no vas exhibiéndote. Antes nuestras miradas se han cruzado por un momento y me has sonreído de una manera muy especial. No ha sido el típico cruce de miradas furtivas en busca de carne fresca ni un accidental encuentro visual. Yo hablaba con mi amigo mientras recorría la sala con la mirada y ahí me encontré con la tuya que parecía seguir el mismo recorrido, durante la milésima de segundo que duro ese encuentro observe algo curioso, tu boca esbozo una sonrisa y continuaste hablando con tu amiga como si nada. No fue una sonrisa diabólica, tampoco lo fue sexual, fue una sonrisa sin más. Y eso ha sido lo que me ha llevado a levantarme. He sentido unas ganas irrefrenables de conocerte, o por lo menos de hablar contigo un rato mientras tú amiga esta en el baño y hacerte menos pesada la espera. Muchas veces al ver una chica bonita me han dado ganas de hacerlo, pero normalmente me ha echado para atrás el hecho de que piensen que lo único que estoy buscando es el llevármelas a la cama, no te digo que no me apeteciera hacerlo en muchas ocasiones, pero coño, hay más cosas en la vida no? Solo se que no se me da nada bien ligar, de echo nunca me ha gustado la sensación de intentar venderme como si fuera un semental. Eso es lo que nos diferencia de los animales, los seres humanos tenemos capacidad de relacionarnos más allá del apareamiento. Y da gusto encontrarse con alguien interesante con el que poder mantener una conversación, pasar un rato divertido o simplemente disfrutar en compañía de una preciosa puesta de sol como la que ahora mismo nos regala el horizonte –

Me giro y señalo con el dedo el ocaso es su momento más álgido. En ese momento el DJ cambia la música que sonaba por una suave melodía que acaricia nuestros tímpanos fluyendo en perfecta armonía con la majestuosa e incandescente bola de fuego mientras tiñe de un rojo anaranjado el cielo poco antes azul. La gente que nos rodea esta hipnotizada por tan bello espectáculo, solo la música rompe con su hechizo el silencio del lugar, nadie habla, solo observan, sueñan despiertos con los ojos muy abiertos y el corazón enamorado de tanta sensación. Una cometa vuela cerca, su movimiento parece seguir las notas de la canción, como si bailara el ritual del ocaso haciéndonos participes de su ofrenda.

Solo quedan unos rayos que se confunden con el horizonte, los colores parecen sacados de una pintura, parece irreal de bello que es, rojos, naranjas, amarillos que se entremezclan con las grises nubes exaltando su voluptuosidad, dándoles una vida real como la tuya y la mía.

Te miro y sigues hipnotizada, no puedes apartar la mirada del espectáculo que nos regala el mar, una lágrima recorre lentamente tu mejilla, me miras y sin poder evitarlo recojo con mi mano tu sentimiento hecho agua rozando tu suave piel. Tus ojos me miran confusos. No puedo decir nada, no quiero decir nada, solo quiero que me sigas mirando así, quiero guardar este momento en mi memoria para siempre. Todavía no has dicho una palabra y siento que te quiero, que quiero abrazarte, sentirte, amarte…

La puesta de sol ha terminado y la gente a nuestro alrededor aplaude, pero yo no les oigo, el movimiento renace, pero yo no lo veo, estamos solos, tu y yo, no hay nadie mas ahora mismo en el universo, no puedo moverme, solo quiero mirarte y dejar salir todas las sensaciones que llenan mi cuerpo, sentimiento puro sin prejuicios, sin miedos, sin engaños…es tan bello que no quiero que acabe nunca. Tus ojos me piden un beso, tus labios me buscan, tu cuerpo quiere mi cuerpo. Lentamente me acerco, me sigues mirando, nuestras narices se rozan, nos respiramos mutuamente, con la mano aparto suavemente el pelo de tu cara y nos fundimos en uno. El roce de tus manos hace que me estremezca, tu piel es suave como la seda. Es un beso lento, cariñoso, generoso, adolescentemente mágico.



No se cuanto tiempo paso por que perdimos la noción de este, había una persona al lado de nosotros como si estuviera esperando algo. Era su amiga, que hacia rato había regresado del baño. Su cara dibujaba una mezcla de sonrisa y extrañeza mientras decía algo en una lengua desconocida para mí, a lo que tú contestaste con el mismo incomprensible idioma. La vida es irónica hasta en los momentos más apasionantes. Te miro confuso y tú vuelves a mostrarme esa preciosa sonrisa que me deshace – "nie haben intensives nichts so gelebt" – me dices con tu mirada de ángel.



En ese momento no puedo evitar una sonrisa, una mirada que te esta diciendo, nunca había vivido algo tan intensamente.

1 comentario

la lola -

y que paso despues?